Hay toda una serie de bagaje analítico que te funciona. Sin eso, no hay crítica.
Hace algún tiempo escribí un texto que titulé La crítica de cine o el arte del equilibrista; en resumen, era lo que tenía que incluir una crítica de cine.
Uno: con toda limpieza hacer la crónica de lo que estás viendo en la pantalla.
Dos: los datos fundamentales para poder situar la película contextualmente. (La cinematografía a la que pertenece, la corriente de cine a la que pertenece, lo que ha trabajado el mismo realizador o si es debutante; en fin, toda una serie de información.)
Tres: evidentemente tu capacidad analítica; la capacidad analítica que tiene que ser de todo tipo: dramatúrgico, visual, directamente cinematográfico. Hay toda una serie de bagaje analítico que te funciona. Sin eso, no hay crítica.
Y, por último, tu interpretación de la película, desde luego. Tu valoración del filme; con ello me refiero a una evaluación de las contradicciones internas de la cinta; es decir, las contradicciones que tiene una obra cinematográfica. Ninguna obra de arte es lisa, está llena de contradicciones. Así que lo importante es precisamente plantear éstas, hacerlas evidentes, hacerlas que afloren, y, a través de tu propio lenguaje, valorarlas.
Hace algún tiempo escribí un texto que titulé La crítica de cine o el arte del equilibrista; en resumen, era lo que tenía que incluir una crítica de cine.
Uno: con toda limpieza hacer la crónica de lo que estás viendo en la pantalla.
Dos: los datos fundamentales para poder situar la película contextualmente. (La cinematografía a la que pertenece, la corriente de cine a la que pertenece, lo que ha trabajado el mismo realizador o si es debutante; en fin, toda una serie de información.)
Tres: evidentemente tu capacidad analítica; la capacidad analítica que tiene que ser de todo tipo: dramatúrgico, visual, directamente cinematográfico. Hay toda una serie de bagaje analítico que te funciona. Sin eso, no hay crítica.
Y, por último, tu interpretación de la película, desde luego. Tu valoración del filme; con ello me refiero a una evaluación de las contradicciones internas de la cinta; es decir, las contradicciones que tiene una obra cinematográfica. Ninguna obra de arte es lisa, está llena de contradicciones. Así que lo importante es precisamente plantear éstas, hacerlas evidentes, hacerlas que afloren, y, a través de tu propio lenguaje, valorarlas.
No necesitas dar una conclusión para establecer ese tipo de choques internos que tú estás viendo dentro de la película.
Ayala Blanco en el CUEC |