Alguien del grupo de Flickr llamado "Arquitectura Poblana" comentó con un emoticon de extrañeza esta foto. Se trata, seguramente, de extrañeza porque mi horizonte está caído, porque mis personajes están muy cerca para ser insignificantes y muy lejos para ser protagonistas. También, supongo, que no estoy cuadrado ni a la arquitectura colonial que nos dio el estatus de "Patrimonio Mundial", ni a la arquitectura moderna, que ha de posicionar a la Puebla entre las megaurbes. Qué digo "megaurbes": "megaubres" del continente.
En fin, soy un desastre como fotógrafo. Raúl Gil debería dirigirme la palabra sólo para retirármela al instante. Lo que no calculan, fotógrafos de zooms del tamaño de un fémur, es que al policía está a punto de caerle un tinaco rotoplás de mil litros y que el otro hombrecillo lo rematará, de un mesazo de té de tres patas y media. Eso, en buen castellano, se llama oportunidad.