En los comienzos del blog uno necesitaba sacar una cuenta en Picasa para publicar fotos; un cuadrito como el de aquí arriba aparecía al pie de cada imagen. Luego uno aprendía a quitar el cuadrito, a lograr que pinchando la imagen se abriera no la misma ampliada, sino una imagen-comentario de la anterior, etc. Si he vuelto a usar Picasa no es por nostalgia, aunque la imagen publicada sí es del 2004, inicio de este blog, un dibujo sobre un fólder de la escuela. Probablemente hecho entre clases en el CUEC y sí premonición de lo largas que pueden ponerse las caras de no hacerse el debate respectivo, si el PRIAN trata de aprobar en lo oscurito la entrada de capital privado en PEMEX. Pero decía que usaré Picasa de vez en cuando, no por nostalgia, sino porque es en uno de sus servicios, el de albumes web, he estado mandando fotos de mi sobrina a mi cuñado, que está en Alemania.
Mi sobrina es la alegría máxima cuando grita -tiene tres meses- cuando mueve frenéticamente los brazos de contenta, cuando le gusta oír El kalimotxo de mamá y Brown eyed girl con su tío, este bloguero de la vieja guardia.