Caaarwash
Sueños
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En la realidad hay otras cosas, que pasan por el campeonato de apertura.
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Foto de Manuel Vela |
Preparatoriana
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Imagen de Leonard Beard |
El gran finalista
El día que perdí la final de un concurso de arte objeto, anunciaron al primer lugar, un "Iván" o "Yuri", como ganador de los cien mil pesos. Sin embargo, en la pantalla salía mi nombre "Luis Ricardo". Yo, que sabía que la lavadora de Yuri era un mejor objeto, no me emocioné, sólo deseé que nadie más leyera mi nombre. Y así sucedía. Raúl tenía la vista baja en su agua Perrier; pero L. no. Ella miró hacia arriba en la pantalla y me dijo.
-¿Leíste? ¿Era tu nombre allá arriba?
-No, creo que no.
-¡Otra vez! (mi nombre completo en la pantalla) ¡Voy a reclamar...!
¿?
El sueño dorado
Entonces pasó lo que pasa en los sueños. El macguffin, el objetivo de reparar los faros estrellados, me dejaba una sensación de inquietud, pero durante el sueño no hacía algo para remediarlo. En cambio salía a caminar y me consolaba la idea de que el automóvil estaba afuera de un restorán, donde lo vigilaría el valet parking. Lo siguiente que pasaba era que estábamos en un festival de cine en plena central de autobuses. Mi amigo Luisito presentaba una animación y todos aplaudíamos.
Es el argumento imposible de Raúl Ruiz. Una película que no sólo empieza de cualquier modo, sino que está compuesta únicamente de comienzos. De hecho se podría hacer una película así. Sólo se necesita un personaje que diga: "Soñé que tenía que encontrar un tesoro y durante el sueño nunca lo busqué".
Tengo un poder (¡nuevo!)
Esta oscura capacidad impresiona a la gente al principio, pero luego el miedo se torna fascinación y morbo y no paran de pedirme que lo haga. Pero no hay vuelta de hoja. Estoy retirado. Que lo hagan otros.

Mural: De cómo una niña domesticó a un toro salvaje

Danés
Un día muy triste entré al café después de clases, como todos los martes, miércoles y jueves. No me atendió la de lentes sino un muchacho nuevo. A veces salgo corriendo mientras la de lentes lee, como si tratara de alcanzar a alguien importante. El cajero automático está muy cerca.
Esa vez estaba triste sin razón. Le pregunté al que me atendió si era mejor el danés de fresa o el de frambuesa.
-No sé, soy nuevo aquí.
-Yo también, le respondí. Justo esa era la sensación.
Le pedí un danés de frambuesa y me trajo un pay. No importa- daba más o menos igual.