Tirados en la playa, una vendedora pasó junto a nosotros ofreciendo con acento costeño, ¡pescadillas y quesadillas!. Pasó varias veces con su cubeta tapada y una servilleta de colores, comiéndose las eses: ¡Pescadillas y quesadillas!
Regresó a nosotros, una última vez, ofreciendo únicamente quesadillas. Entonces mi amigo Paco le preguntó:
-¿Y pescadillas?
-Sí, también pescadillas.
-Y qué son las pescadillas.
-Son como quesadillas...