El profe Enrique Dussel nos enseñó que tenemos más en común con la cultura semita que con Roma y Grecia. Nuestro pueblo entiende perfectamente lo que es abrir las aguas del Mar Rojo, pero se le dificulta ubicar a Patroclo, o a Empédocles. La excepción es Horacio, quien es más conocido dada su condición de tener una nalga en el espacio. En fin, ya eché la lágrima por el compañero Dussel, quien nos deja un montón de colegas, por poco escribo «apóstoles». De Grosfoguel a Katya Mandoki. Nos deja también identificado el adversario: el imperio norteamericano. Una ética, una política y una estética de la liberación hechas en América Latina. |
La primera edición de Filosofía de la liberación en FCE. |
Muy especial para mí, nos deja aquella noción de belleza, tan preciosa, de simple, de clara. La estética de la liberación es la primera tradición filosófica que define la belleza desde la vida. En medio del universo que explotó, que se separa y se apaga, surgió la vida, «lo antientrópico», lo opuesto a la extinción. Lo bello no lo es por sublime o por perfecto (menos por griego), lo bello es tal porque, como seres vivos, constituimos la cosa bella como fuente de nuestra vida.
Léase con su voz «lo bello nos recuerda a la vida», justo como sucede con la foto de aquí abajo en la que Enrique Dussel sonríe.
Enrique Dussel. |
Un dibujo mío. |